sábado, 30 de enero de 2010

COSTUMBRE QUE SE REPITE

Por quinta ocasión (antes en 2003, 2005, 2007 y 2009), Serena Williams se adjudicó el premio mayor en el primer Grand Slam de la temporada. La estadounidense se impuso, en el Rod Laver Arena, a Justine Henin por 6-4, 3-6 y 6-2.
Con esta 12º consagración en un torneo grande, Serena igualó la marca de su compatriota Billie Jean King. Además, vale decir que de las últimas ocho ediciones en el Abierto de Australia, la menor de las Williams disputó cinco finales (ganándolas todas) y que sumó un nuevo doblete porque en la jornada anterior había logrado -por segunda vez consecutiva- el título de dobles con su hermana Venus (derrotando a la mejor pareja del mundo).
Mientras que Henin (invitada por los organizadores aussies) llegó a su segunda instancia decisiva de manera seguida desde que retornó al circuito luego de su retiro de un año y medio (previamente había caído ante su coterránea Kim Clijsters en Brisbane).
Igualmente, para la belga representó su segunda derrota en el partido más importante en Melbourne Park debido a que, en 2006, perdió frente a Amelie Mauresmo. Su única alegría en la tierra de los canguros data de hace seis años, cuando levantó el trofeo delante de Clijsters.
Aunque a Justine nadie le quitará el hecho de que jugó, contra la actual pollera líder de la WTA, su duodécimo match decisivo en uno de los cuatro certámenes más prestigiosos del tenis mundial tras una inactividad significativa.
Para finalizar este análisis, también, hay que destacar la participación -en el main draw femenino de este Australian Open- de las chinas Na Li y Jie Zheng, que posibilitaron que su país tuviera, por primera vez, dos semifinalistas en un Grand Slam.



La foto pertenece a la página oficial del torneo

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