lunes, 24 de diciembre de 2007

APUESTAS EN EL TENIS

El circuito está bajo sospecha desde que el tenista Andy Murray abrió la boca y dijo que había partidos arreglados. Aunque luego el británico se retractó, otros jugadores (Jan Hernych, Luis Horna, Arnaud Clement, Michael Llodra, Flavio Saretta, Marcos Daniel, Paul Capdeville, entre otros) empezaron a confesar sobre las propuestas que recibieron para dejarse perder.
Los argentinos que están en la mira por su supuesta participación en apuestas ilegales son Mariano Puerta y Carlos Berlocq pero los dos ratificaron su inocencia.
Sin embargo el partido que desató el escándalo fue el de Martín Vassallo Argüello ante Nikolay Davydenko, en agosto, en octavos de final de Sopot (Polonia). El ruso abandonó en el tercer set, cuando se registraban apuestas millonarias en su contra.
Dos meses después la ATP sancionó a Davydenko por falta de combatividad en el encuentro que cayó frente a Marin Cilic. La raqueta número cuatro del mundo cometió una gran cantidad de errores no forzados y dobles faltas, por lo que fue eliminado en San Petersburgo por 6-1, 5-7 y 1-6.
Luego le aceptaron su apelación y lo absolvieron aunque desde entonces hay un manto de dudas a su alrededor. Debido a eso el cuerpo regidor del circuito de tenis profesional contrató a personas vinculadas a las mafias de las apuestas para combatir el problema.
Hasta el momento sólo los italianos Alessio Di Mauro (finalista este año en la Copa Telmex), Daniele Bracciali y Potito Starace fueron suspendidos por el Programa Anti Corrupción tras descubrir que habían apostado. Di Mauro estará fuera de las canchas por nueves meses –pudiendo regresar el próximo 12 de agosto- y deberá pagar 60 mil dólares de multa.
Bracciali tendrá que mirar desde afuera de los courts durante tres meses y abonar 20 mil mientras que Starace fue castigado con seis semanas de suspensión y una multa de 30 mil dólares. Ambos cumplirán su sanción a partir del 1 de enero de 2008.
Por eso, la Federación Australiana de Tenis anunció que llevará a cabo medidas para evitar fraudes en el Australia Open –primer Grand Slam de la siguiente temporada-. También señaló que se aplicarán severas sanciones a los jugadores y entrenadores que no cumplan con las políticas de anticorrupción, con el agravante de que podrían ser enviados a la cárcel.
Igualmente hay unos 140 match bajo la lupa, que hacen que este deporte haya dejado de ser “blanco”.

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