MAMÁ SUPERPODEROSA

En una historia de película, Kim Clijsters volvió a alzarse con la corona del US Open, al superar –en la final del singles femenino- a Caroline Wozniacki (9º favorita) por 7-5 y 6-3. Cuatro años después de lograr, por primera vez, el éxito en Flushing Meadows (versus Mary Pierce), la belga sorprendió al mundo entero con esta nueva conquista, que se gestó en apenas un mes cuando decidió volver a la actividad profesional tras haber parido a su hija Jada.
La ex número uno del mundo recibió un wild card por parte de los organizadores del cuarto y último Grand Slam, ya que no poseía ranking producto de su retiro temporal del circuito para formar su familia. Sin embargo, Clijsters eliminó, en cadena, a cinco cabezas de serie en este certamen norteamericano (Marion Bartoli, Venus Williams, Na Li, Serena Williams y Wozniacki) y cedió, solamente, dos sets (contra Bartoli y Venus) antes de emocionarse y levantar el 35º título de su carrera (Sydney 2007 había sido su último logro).

Cabe destacar que, en semifinales, la oriunda de Bilzen se clasificó al duelo consagratorio porque Serena (defensora de la copa) fue penalizada por "conducta antideportiva". De esta manera, Kim llegaba a su tercera definición en el Arthur Ashe (vencedora en 2005 y finalista en 2003).
"Nunca pude defender mi título del 2005. En 2006 me lesioné la muñeca y en el 2007 estaba embaraza", había declarado la representante de Bélgica.
Por su parte, la joven dinamarquesa sumó su sexta instancia decisiva con derrota y quinta esta temporada (anteriormente en Memphis, Charleston, Madrid y Bastad). Aunque serán inolvidables estas dos semanas en Nueva York, donde llegó a su primera ronda definitiva.
Así, que la mamá Clijsters (de 26 años) retornó a la elite de la WTA y se anotó, también, dos records: ser la primera jugadora invitada triunfadora de un torneo grande y ser la primera madre que lo consigue desde 1980.

La foto está sacada de la página oficial del US Open