El suizo, entonces, cosechó sus tres metas en el césped de Londres. Primero recuperó su corona en el All England Club, segundo se convirtió en el primer jugador con quince títulos de Grand Slam (superando a Pete Sampras) y, por último, volverá al lugar de privilegio en el ranking mundial, arrebatándole esa posición a Rafael Nadal, que poseía desde el 18 de agosto de 2008.
Por otra parte, el europeo (sumó su 60º premio mayor como profesional) estiró su paternidad ante el norteamericano, ya que de los veintiuno choques entre ellos, Federer ganó 19.
Para el oriundo de Nebraska fue su tercera final en la catedral con tristeza porque, también, perdió las instancias decisivas de 2004 y 2005 ante el representante de Basilea aunque, en esta oportunidad, le presentó una mayor dificultad.
En su séptima final seguida en el torneo más antiguo y prestigiosos de este deporte, el helvético se alzó con su sexta copa pero, esta vez, gracias a su servicio debido a que terminó el duelo consagratorio con 50 aces contra los 27 del estadounidense.
La foto pertenece a la página oficial de Wimbledon
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